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LAS TECNOUTOPÍAS (parte II)

El impacto de la tecnología en la sociedad es uno de los debates más recurrentes e importantes de nuestro tiempo para diferentes disciplinas. En su sentido más clásico, el determinismo tecnológico es una noción en la que el desarrollo tecnológico condiciona la dinámica social e indica el rumbo de las transformaciones culturales.

Es decir, la tecnología impone su forma a la sociedad y a la cultura. Desde su primera conceptualización, el término ‘determinismo tecnológico’ suscitó innumerables interpretaciones y muchas connotaciones negativas y a menudo acusatorias. Detrás del concepto hay algo más profundo y amplio: las formas por las cuales se relacionan la sociedad y la tecnología, foco principal del trabajo de McLuhan a partir de los medios de comunicación.

Mucho antes de que las tecnologías digitales irrumpieran no sólo en el escenario académico sino también en el industrial, se produjo un extenso debate sobre el papel de la tecnología en la nueva cultura de los medios. Es el debate que Umberto Eco supo sintetizar bajo el ya universal binomio apocalípticos frente a integrados (Eco, 2004).

Los apocalípticos consideraron entonces (mediados del siglo XX) la cultura de masas y las tecnologías que las propiciaban, antihumanas, degradantes del arte y herederas de los efectos perniciosos de la sociedad industrial. La excesiva automatización, la pérdida de lo humano y el saber artesanal frente al poder y estandarización industrial, eran argumentos de los apocalípticos que recordaban viejas figuraciones como la del robot o el autómata amenazante que habían poblado muchas de las ficciones más exitosas de la literatura, el teatro o el cine. En definitiva, la imagen de la máquina derrotando al hombre y su civilización.

Por el contrario, los integrados exaltaban las nuevas posibilidades de los medios de comunicación, su espíritu democrático y su capacidad para poner al alcance de nuevos públicos información, arte y cultura. Entre los apocalípticos cabe destacar nombres como Adorno o Marcuse y entre los integrados la figura de McLuhan.

Apocalípticos e integrados se reinventan en la siguiente generación que impulsará las tecnologías digitales. Los nuevos integrados tomarán de la literatura de ciencia ficción las visiones del ciberespacio como un terreno de promisión donde la tecnología se aliará con el progreso e incluso dará lugar a una nueva socialización democrática que nos traerá software e información libre para todos.

La puerta al edén digital será la realidad virtual y el ciberespacio su geografía.

La utopía tecnológica que se articula sobre la extensión y dominio de las tecnologías de la información y la comunicación, y la distopía que se vaticina desde el escenario de la crisis ecológica global. Las utopías ecológicas que auspician nuevas formas de vida y relación sostenibles frente a un futuro de desigualdad y crisis social apenas encubierto con una tecnocracia ingobernable.

El pensamiento postmoderno estándar dimite de diversas normas, total o parcialmente, con vistas a purgar sus contenidos metafísicos del programa emancipatorio de la modernidad.
La organización socio cultural, comunicacional y política encarna el proceso conocido por globalización, como una ideología de vocación totalitaria. La intermediación mediática trasmite pautas culturales, creencias y patrones de consumo.

Se potencian aún más condiciones propicias para la concentración de capital donde el ciudadano pasa a ser solo un consumidor en un mundo multipantallas.

Los medios de comunicación crean la ilusión de una universalización de las condiciones y posibilidades de desarrollo cultural y económico. Pero predominan los países más poderosos.

 

Contacto: Claudio.Alvarez@UAI.edu.ar